Rejuvenecimiento facial

Debido a la aparición de nuevas técnicas, existe una gran mejora en la calidad de los resultados de las cirugías de rejuvenecimiento facial, también llamadas “lifting facial”. Estos cambios permiten hoy en día la reducción en el número y en el tamaño de las incisiones, como también, una mayor naturalidad y duración de los resultados. La cirugía del rejuvenecimiento facial pretende disminuir los efectos del tiempo, de la gravedad, del estrés diario, y del daño solar crónico sobre la cara, que conllevan a la caída de los tejidos, a las arrugas profundas, a la flacidez cutánea, y a la pérdida del contorno de la cara y del cuello. Ya que la cara es nuestra identidad y nuestra tarjeta de presentación, el objetivo del rejuvenecimiento facial es promover un mejoramiento global para devolver la suavidad de las expresiones, restaurar el contorno perdido y devolver la juventud de la cara y del cuello; evitando los estigmas de los procedimientos quirúrgicos del pasado.

La cirugía sin embargo, no es capaz de detener el envejecimiento que ocurre normalmente en los años que vienen después de que ella fue realizada, y por lo mismo, su resultado no dura para siempre. Es posible con ella regresar el paciente a una etapa anterior del envejecimiento, y desde esa etapa, el envejecimiento vuelve a comenzar. Por ello, un paciente operado siempre tendrá un aspecto mucho mejor que aquel que nunca fue operado. Generalmente los resultados más visibles perduran por 5 o 10 años después de la cirugía, y el paciente puede ser reoperado en el futuro si esto fuera necesario. Con frecuencia se asocian otras cirugías como la Blefaroplastia (cirugía de los párpados) y la Rinoplastia (cirugía de la nariz). Generalmente los pacientes se encuentran en la faja etaria de los 40 a los 60 años, y son personas con una vida profesional y social muy activa, que requieren el mejor aspecto posible.